Bueno, bueno, bueno, ya os hemos hablado de la historia de las chapas, pero hoy empezamos una nueva serie en la que os queremos hablar de las chapas más emblemáticas que han recorrido medio mundo a lo largo de los años.
Empezamos fuerte y os traemos la historia del maravilloso y recurrente Smiley, una “carita sonriente” que todos hemos podido ver no sólo en chapas, sino también en camisetas, tazas, y ha sido un símbolo recurrente en el mundo de la música y el cine.
Es curioso destacar que esta cara sonriente, normalmente de color amarillo y con los ojos y la sonrisa en negro empezó siendo una salida rápida del diseñador Harvey Ball, al que en 1963, le encargaron hacer el diseño de una campaña de marketing interna para los empleados de una importante empresa. En diez minutos tenía hecho el smiley y tan sólo se llevó 45 dólares por el trabajito.
En ningún momento nadie pensó en registrar al bueno del smiley, por lo que poco después, en 1972, un par de empresarios americanos se lo apropiaron para realizar una campaña de sus productos de merchandising. Fue un boom y tras su rápida comercialización, se estimaba que había alrededor de 50 millones de chapas con el smiley por todo Estados Unidos. Pero como todas las modas, comenzó a decaer hasta caer casi en el olvido.
Pero en los ochenta, la cultura Underground del Reino Unido rescató al smiley para asociarlo a la droga de moda: el éxtasis. Después, varias empresas de diverso índole lo tomaron como reclamo para sus campañas, pero ha sido internet el que ha conseguido que el smiley vuelva a vivir una edad dorada. Es un elemento fundamental para entender la cultura actual de internet gracias sobre todo al archiconocido emoticono textual :-) del que surgieron el resto de iconos tan utilizados hoy en día.